martes, 19 de marzo de 2013

CONCEPTOS GENERALES SOBRE TEMAS ESPECÍFICOS

La incidencia de las UPP en las unidades de cuidados intensivos tiene tendencia a disminuir en los últimos años debido a los cuidados proporcionados por el personal de enfermería.
La enfermera está cada vez más concienciada del cuidado de las UPP y su repercusión a posteriori, por lo que una buena prevención puede evitar las consecuencias que puede producir una UPP.
La movilización al sillón y los cambios posturales son unas de las estrategias en el ámbito de la prevención. Además, es necesaria la utilización de dispositivos especiales con el objetivo de distribuir mejor la presión sobre la piel y mantenerla por debajo de la presión capilar. Entre estos dispositivos se encuentran:
-      Protectores: almohadillas que se ajustan a los tobillos, codos y maléolos.  Las taloneras no son efecticas y es necesario elevar el talón de la cama para evitar la presión sobre el mismo.
-      Colchones y camas: el colchón habitual tiene escasa capacidad de distribuir eficazmente la presión, por lo que para un paciente que vaya a estar un largo tiempo en la ICO es imprescindible usar colchones especiales.
El colchón anti-escaras está compuesto por dos motores que accionan un compresor-descompresor, que permiten el llenado y vaciado sucesivo de  una especia de bolas neumáticas. Generalmente, cada 4 minutos se invierte el ciclo. SU finalidad es evitar la aparición de UPP sobre una misma zona del cuerpo facilitando la circulación sanguínea.1
La indicación de éste en la UCI depende del tipo de paciente, de su grado de movilidad y de su pronóstico de su estancia en la unidad. Los pacientes que se benefician de este tipo de colchones no están exentos de los cambios posturales, de tal manera, que éstos se realizarán de manera protocolizada como a los demás pacientes críticos.
La sábana que ejerce la función de entremetida se sitúa entre la pelvis del enfermo y el hule. Es de tamaño inferior a la bajera. Su misión fundamental es la de proteger. También la podemos utilizar para desplazar al enfermo hacia la cabecera de la cama cuando éste se ha ido resbalando y se encuentra muy cerca de los pies de la cama.

El apósito o babero que se coloca para aislar la piel del paciente de la traqueotomía deben cambiarse cada vez que se manchen, ya que propician el desarrollo de microorganismos patógenos y laceración de la piel. Se colocará de tal manera que la parte  impermeable del apósito no quede en contacto con la piel (parte plástica para fuera y parte porosa en contacto con la piel)

El desplazamiento de la cánula durante los primeros días tras la cirugía constituye una urgencia médica. Se considera que la traqueostomía es reciente durante aproximadamente 7 días. En este período, el trayecto que sigue la cánula en la vía respiratoria de la paciente no va a permanecer abierto si ésta se extrae.  Si el paciente se autoretira la cánula traqueal habría que avisar al médico de urgencias para intentar la recolocación de la cánula de traqueostomía. Mientras tanto se utilizaría un dispositivo con mascarilla tipo ambú para ventilar a través de la vía respiratoria superior. Con objeto de maximizar la oxigenación, se realizaría suavemente la ventilación para impedir la salida de aire a través del orificio de traqueostomía, o bien ocluir cuidadosamente este orificio con la mano protegida por un guante quirúrgico. Si el paciente no presenta dificultad respiratoria, se puede proporcionar oxígeno a través de una mascarilla facial colocando a la paciente en posición semi Fowler para facilitar su respiración. Se debe además, comprobar que en la cabecera de la cama de la paciente existe el material necesario para la recolocación de la cánula de traqueostomía, incluyendo el equipo de aspiración, una nueva cánula de traqueostomía con obturador (dilatador) y unas pinzas curvas de hemostasia. También deben estar a mano el oxígeno y el material necesario para la intubación endotraqueal.3

La Dopamina no es un diurético, pero a dosis bajas (< 3 mcg(kg/min) ha sido utilizada para tratar el fallo renal agudo oligúrico en pacientes críticos, así como para proteger la función renal en pacientes de alto riesgo. A estas dosis la dopamina estimula los receptores renales D-1 produciendo una vasodilatación renal con aumento del flujo renal glomerular, excreción de sodio y diuresis.
El personal de enfermería debe tener en cuenta cuales son los efectos adversos que se pueden presentar en los pacientes que se les administra fármacos inotrópicos positivos. Estos se resumen en la siguiente tabla2:

La adrenalina estimula todo el sistema simpático, realizando sobre las diversas vísceras y tejidos la misma influencia excitatoria o inhibitoria, que ejercita la estimulación de las respectivas fibras simpáticas. La inyección de adrenalina determina, del mismo modo que la excitación del simpático, un aumento de la tensión  sanguínea. Sin embargo, la acción hipertensora de la adrenalina no es siempre constante, produciendo por el contrario en algunas ocasiones   hipotensión.  Este  es    el   llamado   efecto    paradójico   de   la
adrenalina3

Bibliografía

1.     Álvarez González MJ, Arkáute Estrada I. Belaustegi Arratibel A. Chaparro Toledo S. Erice Criado A. González Garcia MP. Protocolo de prevención y tratamiento de úlceras por presión. En: Tapia Bello M. Guía de práctica clínica cuidados críticos de enfermería. Hospital Txagorritxu; 2004.p. 82
2.    Esteban A. Martín C. Manual de cuidados intensivos para enfermería. 3ºed. Barcelona: Springer-Verlag Ibérica;2000
3.    Dixon B, Tasota F. Desplazamiento involuntario de la cánula de traqueostomia. Nursing. 2003.
 






 

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