lunes, 1 de abril de 2013

CONCEPTOS ESPECIFICOS SOBRE ENTRADAS ANTERIORES

Además de las complicaciones derivadas de la inmovilidad prolongada mencionadas en la anterior entrada, cabe mencionar las alteraciones digestivas. La inmovilidad aumenta el riesgo de constipación debido a una disminución del peristaltismo, disminuye el apetito, aumenta el reflujo gastroesofágico y se puede producir trastornos en la deglución.
Dentro de las escalas de valoración aplicadas en el paciente en estado crítico, a mi juicio una de más importantes es la escala de agitación-sedación de Richmond (RASS). Esto es debido a que es fundamental tener un control del estado de niveles de sedoanalgesia para la estabilidad del paciente, ya que niveles inadecuados pueden provocar importantes efectos perjudiciales en el paciente, aumentando la morbimortalidad, el tiempo de ventilación mecánica, la estancia en UCI, la estancia hospitalaria, las secuelas físicas, las psicológicas y los costes. Otra escala que también considero imprescindible es la de Glaslow, valoración para conocer el nivel de conciencia del paciente.
Enfermería es pieza fundamental dentro del engranaje de acciones que permite que la terapia de remplazo renal continua (TRRC).1 Iniciado el tratamiento, enfermería debería llevar a cabo una serie de controles que se pueden dividir en 3 apartados: del catéter, del circuito y del paciente.

Ø  Cuidados del catéter: con curas diarias del punto de inserción, vigilando la aparición de sangrado, hematomas o signos de infección del punto de punción. El punto de inserción se cubrirá con un apósito estéril para protegerlo de las manipulaciones y evitar su extracción accidental. Asimismo, se comprobará en cada cura que el catéter está fijado a la piel, y si no es así dar un punto de sutura. Cuando se interrumpa o termine el tratamiento las luces del catéter se deben lavar y sellar con heparina, avisando si hay algún tipo de resistencia.

Ø  Cuidados del circuito extracorpóreo: se comprobará que las líneas estén bien conectadas a los catéteres y se vigilará que tanto el catéter como las líneas no presenten acodamientos. Las conexiones deben estar visibles para detectar de forma precoz una desconexión o una fuga sanguínea, llevando una vigilancia periódica con carácter horario del os parámetros de la máquina, como balances, flujos, presiones, etc. Se intentará detectar precozmente si el filtro se está coagulando estando atentos a las presiones del circuito, con el fin de que, si va a ocurrir de forma inminente, recuperar la sangre del circuito, siempre que no haya coágulos o se haya roto el filtro. El sistema debe cambiarse en un plazo máximo de 72 h de tratamiento.

Ø  Cuidados del paciente. Si está consciente, es conveniente explicarle en qué consiste el tratamiento y los beneficios que se esperan de é. Asimismo, se lo explicaremos a los familiares más cercanos que lo visitan con un lenguaje sencillo. Movilizarlo para que se encuentre lo más cómodo posible, teniendo en cuenta que tanto catéteres como líneas no deben presentar tracciones ni acodamientos. Vigilar el miembro donde está canalizado el catéter, por el riesgo de trombosis, evitando la fricción del miembro canalizado, así se previene la emigración de posibles trombos hacia el pulmón. Se debe llevar a cabo una monitorización horaria de parámetros como presión arterial, frecuencia cardiaca, presión venosa central, temperatura, puntos de punción, etc. 2

Bibliografía

1.     Bolivar Y; Barbosa G. Enfermería y las terapias de reemplazo renal continuo. Rev Salud Hist y sanidad. 2006. 1(1): 24-29.
2.      Santana L. Martín J. Sánchez M. Enfermería de cuidados intensivos y terapias continúas de reemplazo. Enferm Clin. 2009; 19(2):95-97.

1 comentario:

  1. Bien, muy interesante. Nada más que aportar sobre estos temas.

    Un saludo

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